Investigadores utilizan energía solar para estudiar a los elefantes

Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford, que estudiaba el comportamiento de los elefantes salvajes en un rincón apartado del sur de África el pasado verano, convirtieron su campamento de observación en un laboratorio de alta tecnología alimentado completamente con energía solar.

El laboratorio estacional de investigación fuera de la red ofreció a los científicos la rara oportunidad de ver, estudiar, filmar, fotografiar, etc, a los elefantes salvajes en el pozo de Mushara, un oasis aislado en el Parque Nacional de Etosha (Namibia).

“Una de las mayores ventajas de la energía solar es que nos permite estar y trabajar en una zona muy remota, aislada para los turistas y evidentemente desconectada de la red”, comentó Caitlin O’Connell-Rodwell, instructora de la Escuela de Medicina y colaboradora del Centro de Conservación de la Biología de la Universidad de Stanford. “Tenemos la oportunidad de ver cómo se relacionan los elefantes delante de nosotros en un ambiente muy tranquilo, -no hay generadores, ni ruido, ni gente, ni vehículos-”.

La energía solar se utilizó para muchas cosas, prácticamente para todo en el campamento, por ejemplo para: tomar miles de fotografías con cámaras de alta resolución que permiten identificar a los individuos; para grabar y editar los vídeos con los que realizaron un documental; para alimentar un potente sistema de altavoces que emitía sonidos de baja frecuencia que los elefantes pueden captar, y así estudiar sus reacciones; para hacer funcionar un laboratorio que analizaba su estiércol, y por supuesto para alimentar los dos frigoríficos a 12V que conservaban los alimentos y bebidas frescas, entre otras cosas.

El pozo de Mushara es el lugar de destino de cientos de animales (jirafas, rinocerontes, hineas, leones, ….) que desfilan durante todo el día y la noche para beber en él. Para mantener a los animales salvajes curiosos alejados del campamento, que funcionó entre Junio y Agosto de este año, los investigadores también instalaron una cerca electrificada alimentada con la energía que generaba un módulo solar, y que les daba una inofensiva descarga si se acercaban demasiado con el fin de protegerse de ellos.

La energía solar también permitió al grupo de investigación permanecer conectado a Internet, lo que hizo posible a O’Connell-Rodwell enviar numerosas entradas al blog de ciencia del New York Times directamente desde Mushara.

“Básicamente, todos nuestros aparatos de alta tecnología funcionaron y todas nuestras necesidades eléctricas se cubrieron con varios paneles solares, algunas baterías y un inversor”, comentó la investigadora. “El Sol hizo el resto”.

A continuación un vídeo muy interesante donde se puede ver el campamento, los animales, los cinco o seis investigadores que trabajaban en él, y lo más sorprendente: la gran cantidad de artilugios eléctricos y electrónicos con los que contaban.

Fuente e imágenes:  Universidad de Stanford  y  YouTube

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