Con energía solar y arena se producen objetos libres de CO2

Markus Kayser preparando el equipo de sinterización selectiva por energía solar en el desierto

Este es un proyecto del diseñador Markus Kayser, que parte de la idea de que en este mundo acuciado por problemas como la producción energética y la escasez de materias primas, ¿por qué no explotar el potencial del desierto? Allí existe al menos mucha energía solar, y material, sólo arena, pero muy abundante.

Esta iniciativa se desarrolló en el desierto del Sáhara, en Siwa, cerca de Egipto, y en ella se usa la luz solar como energía y la arena como material para producir objetos de vidrio mediante un proceso de impresión en 3D que combina la energía y los materiales naturales, con una alta tecnología para fabricarlos.

La arena, cuando se calienta hasta el punto de fusión y después se deja enfriar, se solidifica como vidrio. El proceso de convertir una sustancia en polvo a través de un calentamiento en una forma sólida se conoce como sinterización y en los últimos años se ha impuesto como un proceso básico para la creación de prototipos, y es conocida como impresión en 3D o SLS (sinterización selectiva por láser).

Estas impresoras utilizan la tecnología láser para producir los objetos previamente diseñados en 3D, con una variedad de polvos: plásticos, resinas y metales. En este caso, el diseñador Markus Kayser ha sustituido el láser por los rayos del sol y los diversos polvos por arenas del desierto, con lo que consigue la fabricación de objetos de vidrio con dos elementos abundantes en la naturaleza y sin contaminarla en absoluto.

La máquina de sinterización solar se basa en los principios de las impresoras 3D y esta construida con una potente lente de Fresnel (1,4 x 1 metro), que está dirigida al Sol en todo momento, ayudada por un sistema de seguimiento. Existen una serie de motores paso a paso que pueden mover la superficie donde se crea el objeto, en todos los ejes, y dos paneles solares fotovoltaicos que cargan una batería, que es la que proporciona energía a todo el conjunto.

La máquina se controla a través de un ordenador; los diseños se introducen dentro de una tarjeta SD. Estos archivos llevan un código insertado que permite mover la misma a las coordenadas precisas y a una velocidad cuidadosamente calibrada, mientras la lente se enfoca a un punto en el que se obtienen temperaturas del orden de los 1400 a 1600 grados centígrados, suficientes para derretir la arena.

Después de cierto número de horas de funcionamiento, los objetos se van construyendo, capa a capa, dentro de la arena. Sólo la parte superior es visible en todo momento. Cuando la impresión ha terminado, el objeto se deja enfriar antes de ser sacado de ésta. Éstos tienen una apariencia rugosa, y el color depende de la composición de la misma: desiertos diferentes ofrecen colores distintos. Con distintas mezclas de arena, se puede obtener por tanto, una variedad de colores y cualidades en los objetos.

Este experimento, trabajo científico, ejercicio artístico, llamémosle como nos apetezca, nos muestra que se pueden hacer muchas cosas, muchísimas, en diversos campos todavía por descubrir, utilizando materiales naturales y no destrozando el medio ambiente durante el proceso.

Como dice el diseñador, los resultados obtenidos -hay que recordar que son los primeros-, muestran el potencial de una nueva forma de fabricar objetos con tecnología solar.

Fuente:  Yanko Desing |   Markus Kaiser

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