¿Por qué la energía renovable es el futuro?
Que la energía renovable es el futuro es una realidad cada vez más presente en el pensamiento de todos. Las mayores instituciones científicas afirman la evidente existencia de problemas ambientales, climáticos, energéticos y de recursos. Y apuestan con gran confianza en la tecnología renovable como principal motor energético del futuro.
Un planeta más verde, limpio y sostenible
El gran objetivo que las energías de fuentes naturales tienen es transformar y no perjudicar el mundo en el que vivimos. Encontramos así una gran variedad de tipos: eólica, hidroeléctrica, geotérmica o solar, entre muchas otras. Además, la inversión global en estas se ha multiplicado por cinco desde principios del siglo XXI y se prevé un crecimiento aun mayor en las décadas futuras, fundamentalmente debido a la reducción de sus costes de producción. Según Bloomberg NEF, la energía renovable es el futuro y en 2040 representarán un 60% de la producción mundial y, progresivamente, fuentes como el viento o el sol se colocarán como las principales y más baratas formas de obtener energía.
Instituciones como el CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) se ha posicionado en muchas ocasiones claramente a favor de las renovables y de su investigación, acabando incluyendo ellos en sus proyectos varios orientados a esta causa. Las universidades españolas también confían en la energía renovable, apareciendo recientemente el Instituto de Investigación en Energías Renovables de la Universidad de Casilla-La Mancha.
La tecnología que hay detrás
Varios gobiernos, empresas y laboratorios trabajan constantemente para mejorar la eficiencia y reducir los costes de las renovables. Por ejemplo, el Laboratorio Nacional de Energías Renovables de EE. UU. está desarrollando la tinta fotovoltaica, con el objetivo de cubrir superficies sin la necesidad de recurrir a los paneles solares, que pueden ser más incómodos y caros. Paralelamente, también se ha empezado a plantear la idea de paneles solares marítimos, para aprovechar grandes partes de la superficie acuática en desuso o la posibilidad de obtener energía geotérmica de volcanes.
Aun así, la principal ambición de los científicos que trabajan en la optimización de las energías renovables es la reducción de costes. Y por suerte ha sido un éxito. La energía solar, por ejemplo, ha vivido una reducción del 59% de sus costes desde 2009 hasta antes de la pandemia, y la eólica roza el 12%.
Es importante también recalcar que la evolución de las energías renovables también las acerca más a nosotros. Cada vez podemos observar más ejemplos de familias que deciden instalar sus propias placas solares. Quizá sea esta una de las puertas que nos abre lo renovable y una de las muchas direcciones que podemos tomar si queremos que lo que ahora son predicciones se conviertan en nuestra realidad futura.
La energía renovable es el futuro
La inmensa inversión y la evidencia científica irrefutable son dos argumentos más que validos para afirmar lo que muchos piensan: necesitamos lo renovable y lo sostenible. Aprovechar los recursos naturales de los que disponemos es el futuro. La confianza y la transición hacia lo sostenible es el futuro. Y la energía renovable es el futuro.